A veces pensamos k las personsas más debiles son las que son adictas.
El vicio, la perpetua necesidad de llenar un espacio bacio, crea un tumor a la personalidad del enfermo. Este tumor sigue creciendo, comiendo sin parar al núcleo de esa persona, el corazón. El corazón empieza a comerse a si mismo ya que su droga lo dirige.
Pero la persona más fuerte es la que escucha a esa esquinita de su corazón que sigue vivo. El adicto que decide seguir su corazón, aunque sea la 3ra, 7ma, o 10ma vez, es de los más fuertes que vive en este planeta.
Somos capaces de cambiar.
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